Un estudio publicado en la revista Frontiers in Pediatrics sugiere que la vivencia de la pandemia Covid-19 se asocia a un mayor riesgo de retraso en el desarrollo del lenguaje en niños primogénitos.
Además, una revisión sistemática publicada en JAMA Network Open propone que, si bien el neurodesarrollo general no se vio afectado, vivir el primer año de vida en contexto de pandemia influyó en el riesgo de retraso de la comunicación en los niños.
Estas alteraciones del lenguaje pueden incluir problemas al hablar, escribir o comunicarse mediante gestos. Además de dificultades para seguir instrucciones, vocabulario pobre y poca predisposición a hablar.
A consecuencia de estos síntomas, los niños pueden presentar problemas escolares y de rendimiento académico, así como de socialización (Tomblin et al., 2003). Por ende, pueden experimentar gran frustración e incluso daños en su autoestima.
Además, si estas dificultades no se abordan y permanecen sin resolver más allá de los 5 años, existe un riesgo aumentado de que continúen presentándose hasta la adolescencia.