Hablar del género urbano en islas Canarias durante los 2000 es hablar de Veneno Crew y K-Narias, dos proyectos pioneros para el hip-hop y el reggaetón que más adelante se cocinaría en el archipiélago. El tiempo pasó, pero una nueva generación de artistas que se mueve entre el rap, el trap y el dembow se ha dado a la tarea de continuar llevando el nombre y el talento de Canarias a lo más alto.
Allí, en la provincia de Las Palmas, nació y se crio Zuleima González, una joven que tocaba trompeta y que, al creer que su voz no era lo suficientemente buena para el canto, prefirió quedarse en principio con la pluma y el papel. Antes de ser conocida como Ptazeta, «Zule» se levantaba temprano como cualquier trabajadora para cumplir un horario, pero en sus ratos libres se dedicaba a subir fragmentos de sus composiciones a Instagram. Todo era muy empírico y aunque en dos ocasiones participó en batallas de gallos, realmente mejoró sus capacidades de improvisación al practicar con dos de sus amigos del barrio. Así fue construyendo una base sólida de seguidores en sus redes, hasta que en una fiesta conoció a Juacko, un DJ y productor canario que desde el primer día le enseñó a usar su voz y todo lo necesario para iniciar el camino como artista. De aquella amistad, que continúa hasta hoy, surgió “Mami”, su primera canción, lanzada en 2019, que a su vez significaría la puerta de entrada al éxito y la despedida de una vida “normal” en medio de las cuarentenas.
Ptazeta aún seguía trabajando en una tienda de ropa cuando el video del sencillo se publicó y, pese a que entonces ya había quien la reconocía por allí, el temor de no poder mantenerse le impedía dedicarse de lleno a la música. Cuando la rapera recuerda cómo era su vida antes del boom de “Mami”, sus ojos se llenan de lágrimas y su voz se entrecorta al caer en la cuenta de lo lejos que llegó en tan poco tiempo. “Me emociona porque esa fue la primera vez que tuve mil euros en la cuenta”, reflexiona en la charla con Rolling Stone. “Ya estando aquí, en este punto, dices: ‘¡Joder!, cómo te cambia la vida’”.
Aunque actualmente dos de los nombres más sonados de la música urbana española provengan de Madrid y Barcelona, las islas Canarias ya llevan años siendo un referente del género en toda la península, dado que fue por allí por donde entraron todas las sonoridades que provenían del Caribe latinoamericano. Por eso es que considera que no solo el archipiélago sino toda España han tenido exponentes fuertes desde siempre, solo que la visibilidad de la escena se acrecentó desde la pandemia.
Ella también hace parte de ese movimiento y una de las cosas que convierte su trabajo en algo único es que, como mujer lesbiana, desde un inicio les ha cantado con espontaneidad a otras mujeres. En un mundo ideal, donde la heterosexualidad no fuera la norma, cantarle a quien te gusta, independientemente de su identidad o expresión de género, no tendría por qué ser revolucionario. Ese es precisamente el mensaje que quiere dejar a través de sus líricas. “Me gustaría que fuera normal que haya un chico que le cante a otro”, dice. “Y no solo en este país, que la industria no tapone eso porque somos así, ¿qué vamos a hacer? Por mucho palo que me des, no voy a cambiar”.
En medio de lo abrumador del éxito repentino y las conexiones que ha construido dentro de la escena hispana, le han llegado más aprendizajes y logros: el año pasado colaboró con Farina en “Trakatá”, con Nicki Nicole y Snow Tha Product en “Tengo to” y con Foyone –uno de sus más grandes ídolos– en “Cha cha”. En octubre hizo una sesión (la número 45) con Bizarrap, producto de una promesa de años atrás, cuando el productor argentino la invitó a grabar una canción. “Yo le contesté a ese mensaje en plan ‘Espero que algún día siga trabajando y llegue a ir a Argentina’. ¿Y qué pasa? Que (Bizarrap) no olvidó ese momento”, asegura.
La cantante se había dado a la tarea de grabar su primer álbum con Juacko en la producción, ya que tenía un par de temas guardados “por ahí”. Así, en 2022 llegó The party en la casa, un LP que, con su variedad de ritmos y beats, pretende ambientar todos los momentos de una fiesta, y que no falla a la hora de combinar reggaetón, dembow, house e incluso un poco de guaracha colombiana.
Al momento de esta entrevista, Ptazeta está en Los Ángeles, a pocas horas del anuncio de su firma con Interscope, la casa de los artistas que escuchaba cuando era más chica. “Me siento orgullosa”, sostiene. “Canarias en el mapa”.