México se unió a acuerdo internacional para restaurar 300 mil kilómetros de ríos y 350 millones de hectáreas de humedales para 2030, es decir, el 30% de los ecosistemas de agua dulce degradados en el mundo. Esta es la iniciativa más grande jamás realizada para restaurar ríos, lagos y humedales degradados.
El Desafío de agua dulce, lanzado en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua y firmado junto con Colombia, Congo, Ecuador, Gabón y Zambia, busca movilizar recursos y establecer mecanismos financieros para implementar dichos objetivos.
Igualmente, las naciones integrantes deberán generar datos y recopilar evidencia sobre la problemática en sus territorios para orientar de manera efectiva las medidas, así como identificar áreas prioritarias y actualizar las estrategias y planes nacionales.
De acuerdo con los datos de la ONU, un tercio de los humedales del mundo se han perdido en los últimos 50 años. Asimismo, los ríos y los lagos son los ecosistemas más afectados en todo el mundo por las actividades humanas. Además, desde 1970, se han colapsado del 83 % en las poblaciones de especies que habitan estos espacios.
A esto se suma que se espera que para 2050 los territorios con sequía extrema se multipliquen por 5, mientras que es probable que para dicha fecha 5 mil 700 millones de ersonas vivan en áreas con escasez de agua.
Actualmente, alrededor de 4 mil millones de personas, que representan casi dos tercios de la población mundial, experimentan una grave escasez de agua al menos un mes al año. Asimismo, 2 mil 300 millones viven en países con dicha problemática.
El sexto informe de evaluación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) describe los graves impactos del cambio climático en los ecosistemas de agua dulce, destacando la necesidad de protegerlos y restaurarlos para mejorar la adaptación y construir sociedades, economías y ecosistemas resilientes.
Ante esto, y sobre la base del Marco Global de Biodiversidad acordado en Montreal en diciembre de 2022, que incluyó la restauración del 30% de las ‘aguas continentales’ degradadas del mundo, el Desafío de agua dulce busca afrontar la restauración de ecosistemas.