Desde que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum destapó que sería Rosalía la artista encargada en encabezar el tradicional concierto gratuito que organiza el gobierno actual desde el Zócalo capitalino, la decisión provocó polémica entre quienes aplaudieron la elección y quienes no, sin embargo, fuera cual fuera la postura, lo cierto es que la española logró atiborrar el lugar y fascinar a cada uno de los 160 mil asistentes, quienes cayeron rendidos ante su talento.
Un día antes de su gran evento los organizadores del concierto aclararon a través de un comunicado que la cantante estaba ofreciendo su presentación de manera completamente gratuita, con el fin de retribuir a su público mexicano todo el cariño que le han dado a lo largo de su trayectoria, lo que hizo que la adulación por la artista se acrecentara en redes sociales y más tarde de manera física, logrando reunir a 50 mil fans, quienes no quisieron perderse la oportunidad de verla en vivo.
Y es que el día de ayer pudo fácilmente haberse proclamado como el día de La Rosalía, pues sí bien su presentación estaba programada para las 20:00 horas, desde el miércoles por la noche el Centro Histórico se preparó para la llegada de la Motomami con el montaje del escenario, tarimas, luces y pantallas que estaban siendo colocadas a los alrededores de la plancha capitalina, y hasta sobre avenidas como Juárez.
Pancartas, playeras, gorras, abanicos y hasta bebidas con el símbolo de Rosalía formaron parte de la mercancía que se vendía en cada esquina y las calles, que comenzaron a obstaculizarse debido a la alta demanda que atrajo más seguridad que la de costumbre.
Y es que la artista de 30 años compartió que además escogió el territorio nacional para hacer el cierre de su exitosa Motomami World Tour por el continente americano, que se extendió por Estados Unidos, Canadá, Centroamérica y Sudamérica, teniendo una aclamada participación también dentro del festival Coachella, hasta llegar nuevamente a la CDMX, remarcando lo que el país representa para la española.
Media hora después de lo previsto, un estruendo acompañado del tintinear de hileras de luces colocadas por encima del escenario, mucho humo y el sonido del rugir de múltiples motos anunciaron la llegada de Rosalía, quien apareció en medio de un grupo de bailarines con cascos para adueñarse de la CDMX.
Los celulares de toda su audiencia se encendieron para captar el momento que inició a ritmo de Saoko, activando la euforia de los asistentes, cuya energía se acrecentó al compás de otros temas como Bizcochito y La fama, otorgándole su primer muñeco Simi de la noche.