Un padre amoroso en Loveland, Ohio, Estados Unidos, adquirió un camión de helados para que sus dos hijos adultos con síndrome de Down tuvieran su propio negocio.
Joel Wegener conduce el camión junto a su hijo Josh, de 18 años, y su hija Mary Kate, de 21, quienes también participan en la venta de helados.
Esta iniciativa no solo les brinda la posibilidad de ganarse la vida, sino que les enseña sobre finanzas y fortalece sus habilidades sociales.
El negocio ha superado las expectativas y, para Joel, se trata de más que solo vender helados.
Su objetivo es inspirar a otras familias y ampliar el negocio para ayudar a más personas con discapacidades en el futuro.