En medio de la Laguna del Nainari , se encuentran unas fuentes danzantes que han sido dejadas en el olvido por las autoridades.
Antiguamente eran el centro de atracción del lugar donde las familias se reunían para disfrutar del bello espectáculo.
Sin embargo, con el paso de los años y la falta de mantenimiento, estas fuentes han caído en un estado de deterioro alarmante.
Sus caños están rotos, sus esculturas cubiertas de musgo y sus aguas estancadas y sucias.
A pesar de que algunas voces se han alzado para pedir su restauración, las autoridades parecen haberlas ignorado por completo.
Mientras tanto, las fuentes siguen ahí, testigos mudos de tiempos pasados, esperando que alguien vuelva a mirarlas con cariño y devolverles su antiguo esplendor.