Un nuevo estudio basado en modelos informáticos permite concluir que las moléculas complejas esenciales para la vida pudieron formarse en poco tiempo en discos de polvo alrededor de estrellas jóvenes.
Los científicos planetarios creen que las macromoléculas orgánicas que hacen que la Tierra sea adecuada para la vida, incluidos elementos como el carbono, el nitrógeno y el oxígeno, inicialmente vinieron de un tipo de meteorito conocido como condrita, pero se desconoce cómo las condritas adquirieron estas moléculas en primer lugar.
Publicada en Nature Astronomy, la nueva investigación ha revelado que las trampas de polvo que irradian luz estelar intensa (áreas donde el polvo y el hielo se acumulan en el disco) podrían haber formado macromoléculas orgánicas (que contienen carbono) en cuestión de décadas.
La coautora doctora Paola Pinilla, del Laboratorio de Ciencias Espaciales Mullard en el UCL (University College London), dijo en un comunicado: “Es increíble descubrir un nuevo papel crucial de las trampas de polvo en la formación de materia macromolecular que los planetas pueden necesitar para albergar vida.
“Las trampas de polvo son regiones beneficiosas para que las partículas de polvo se conviertan en guijarros y planetesimales, que son los componentes básicos de los planetas. En estas regiones, las partículas muy pequeñas pueden recrearse continuamente gracias a colisiones destructivas.
“Estas partículas diminutas (granos de tamaño micrométrico) pueden elevarse fácilmente a las capas superiores del disco, donde pueden recibir la cantidad adecuada de irradiación para convertir de manera eficiente estas diminutas partículas heladas en materia macromolecular compleja.
“En un futuro cercano, esperamos probar estos modelos con más experimentos de laboratorio y observaciones utilizando telescopios potentes como el Atacama Large Millimeter Array (ALMA)”.
Las investigaciones de laboratorio han indicado anteriormente que se pueden formar moléculas muy complejas de cientos de átomos de tamaño mediante irradiación. Estas moléculas contienen principalmente átomos de carbono y pueden compararse con el hollín negro y el grafeno.
Si, pensaron los investigadores, había trampas de polvo que también estuvieran expuestas a la intensa luz de las estrellas, es muy posible que allí se formaran macromoléculas orgánicas.
Para comprobar su hipótesis, los investigadores crearon un modelo y descubrieron que, en las condiciones adecuadas, la formación de macromoléculas similares a las que se encuentran en los meteoritos era factible en tan solo unas décadas.
El investigador principal Niels Ligterink, de la Universidad de Berna (Suiza) y la Universidad Técnica de Delft (Países Bajos), afirmó: “Por supuesto, esperábamos este resultado, pero fue una agradable sorpresa que fuera tan obvio.
“Espero que los colegas presten más atención al efecto de la radiación intensa en los procesos químicos complejos. La mayoría de los investigadores se centran en moléculas orgánicas relativamente pequeñas de unas pocas docenas de átomos de tamaño, mientras que las condritas contienen principalmente macromoléculas grandes”.
Europa Press