Y de la noche a la mañana Adele se fue. La cantante británica pone en «strandby» su carrera hasta nuevo aviso. Así lo ha comunicado la artista durante un concierto en Las Vegas de este domingo: se va «durante un largo periodo de tiempo» para descansar y «vivir la vida» que tiene a sus 36 años. «Necesito un descanso», sollozaba quien en julio ya dio pistas del parón: «No tengo planes de nueva música en absoluto. Quiero tomarme un gran descanso después de esto y creo que quiero hacer otras cosas creativas, solo por un tiempo».
La decisión viene tras casi tres años en los que ha estado actuando de forma casi ininterrumpida. Ahora apenas le queda una decena de conciertos que supondrán el fin de este episodio: «Me gustaría agradeceros mucho a todos por venir a mi show esta noche y a todos los que he hecho –agradecía la artista en pleno ‘show’–». Y continuaba afirmando que ha disfrutado mucho en esta última etapa («el tiempo más largo que he estado en los escenarios y probablemente el más largo del que lo haré»), pero que vida solo hay una y ella ha decidido vivirla sin más compromiso que el personal.
Porque en la vida está muy bien esto de amasar dinero. Con el bolsillo lleno se te suelen abrir muchas más puertas que en la situación contraria o, al menos, la supervivencia es bastante más sencilla. Siempre queda fetén decir aquello de «si me tocase la lotería yo seguiría trabajando». ¿Pero cuánto te tiene que tocar para que esa decisión no sea de cara a la galería? Con la vida resuelta (y la de varias generaciones de los tuyos), sinceramente, trabajar es para «workaholics». Con dinero y con tiempo existen miles (¡millones!) de alternativas para disfrutar sin aburrirse ni un solo segundo (salvo que uno disfrute con el propio aburrimiento, que también es lícito).
«Se suponía que este era mi último show, pero se ha retrasado. Estoy emocionada de que no lo sea, porque me quedan 10 actuaciones después de esta, pero, tras ellas, no los veré durante un tiempo increíblemente largo», cerraba Adele.
Con información de AGENCIAS.